En esta receta veréis cómo se hace un pollo a la cerveza fitness de forma fácil, sabrosa y rica en proteínas. El pollo asado al horno con cerveza es una elaboración tradicional que siempre gusta y que nos permite comer el pollo de manera distinta a la que normalmente lo hacemos.
Siempre que nos apetezca un plato light pero lleno de sabor podemos optar por preparar este pollo asado fit en unos cuantos pasos. Además, para hacer pollo al horno fit solo se utilizan uno pocos ingredientes básicos que normalmente tenemos en casa y que lo convierten en una comida bastante económica ideal para incluir en nuestra dieta.
Para esta receta de pollo a la cerveza al horno, hemos querido darle un sabor delicioso gracias a cocinarlo con la salsa que se forma con la cerveza, el ajo y el perejil. Lo hemos acompañado con unas patatas que también quedan riquísimas asadas junto a los otros ingredientes. ¡Solo con el olor que sale del horno sabemos que estará buenísimo!
En caso de que no nos gustara mucho el pollo con cerveza, siempre podemos sustituir a la cerveza por otra bebida como por ejemplo vino blanco.

Pollo a la Cerveza Fit
INGREDIENTES PARA EL POLLO A LA CERVEZA FIT:
- 6 jamoncitos de pollo
- 6 patatas pequeñas (tipo guarnición)
- 220 ml cerveza
- 3 dientes de ajo
- Un puñado de perejil fresco
- 20 ml aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto

Pollo a la Cerveza Fit (preparación)
PREPARACIÓN DEL POLLO A LA CERVEZA FIT:
- Ponemos los jamoncitos de pollo sobre una bandeja de horno.
- Lavamos y cortamos las patatas por la mitad. Les hacemos unos cortes tipo rejilla para que se cocinen mejor y las distribuimos por la bandeja de horno junto a los jamoncitos.
- En un mortero o picadora eléctrica añadimos el perejil, los dientes de ajo y la sal que deseemos. Machacamos bien y añadimos el aceite de oliva y un chorrito de la cerveza.
- Repartimos el picado de ajo y perejil por encima de los jamoncitos y de las patatas.
- Echamos por encima el resto de la cerveza.
- Metemos al horno y cocinamos a 220° durante 1 hora aproximadamente (le damos la vuelta a los jamoncitos cuando los vayamos viendo dorados para que se cocinen bien por los dos lados).
